N - Un
antiguo relato chino, cuenta la historia de un anciano campesino que tenía un
viejo caballo para trabajar su campo. Un día, el caballo escapó a las montañas.
Cuando los vecinos del anciano lo supieron, se acercaban para condolerse con
él.
V -
¡Cuánto lamento su desgracia!
N - Pero, el labrador, les contestaba:
A - ¿Mala suerte? , ¿Buena suerte? , ¡Sólo Dios
lo sabe!
N - Una semana después, el caballo regresó de
las montañas, trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces, los vecinos fueron a
visitar al campesino:
V -
¡Ahora sí que hay motivos para felicitarlo! , ¡Está con suerte!
N -
Pero, el anciano, a todos les contestaba por igual:
A -
¿Buena suerte? , ¿Mala suerte? , ¡Sólo Dios sabe!
N - El
hijo del anciano labrador intentó domar uno de los potros salvajes. Se cayó y
se quebró una pierna. Cuando el vecindario se encontraba con el campesino, le
comentaban:
V -
¡Este accidente, sí que es una verdadera desgracia!
N - No
pensaba así, el viejo campesino y se limitaba a decir:
A -
¿Mala suerte? , ¿Buena suerte? , ¡Sólo Dios sabe!
N - Un
par de semanas más tarde, se supo que el emperador había declarado la guerra.
Una patrulla de soldados entró en el pueblo reclutando a todos los jóvenes que
estaban en condiciones de enrolarse en el ejército. Cuando vieron al hijo del
viejo labrador con la pierna rota lo dejaron tranquilo. Las personas del pueblo
se acercaban a su viejo y sabio vecino, preguntando:
V -
¿Habrá sido “buena suerte” o “mala suerte”?
N - Todo lo que a primera vista parece un
contratiempo, puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera
vista, puede ser realmente dañino.
2 comentarios:
que lindo telar con letras!!!!!!!!!!!!!!
gracias por brindar lo mejor de tus manos
marina
Gracias Miga! Y qué modelo!!!
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